lunes, 18 de enero de 2010

A mi águila herida

Se bienvenida águila herida,
no fuiste nunca un pájaro,
tu que desde el cielo o cerca de los lindes,
tu corazón derramas en profundos acentos,
con arte no pensado.

Alta, siempre más alta de la tierra de lanzas, como nube de fuego,
por el azul tú revuelas, y cantando te ciernes,
y cerniéndote cantas.

Para mi eres todo, el aire y la tierra, el fuego y el agua,

con que ansias espero tu regreso.

Hoy estamos juntos como la noche más pura, donde te ame con locura…

Y así por ti soy un poeta oculto en la luz del pensamiento que entona sus canciones, hasta sentir el mundo a mis pies.

Dime águila herida tus dulces pensamientos,
Dime que eres mi dueña y feliz contigo muero…