miércoles, 24 de noviembre de 2010

Harper Pitt !!!

Parece que hablar de nosotros se transformó en una debilidad y al mismo tiempo que los otros sepan muchas cosas de nosotros es como una amenaza, como que el otro tiene una ventaja.
Hagamos un ejercicio... imaginemos que es de mañana, que estamos llegando a la oficina y entramos en el ascensor del edificio, marcamos el número 9 y luego de nosotros entra nuestro colega de oficina que amablemente nos pregunta: «¿Hola X cómo estás?».

Difícilmente, luego de pasar una noche terrible y cuando nos llena un sentimiento de tristeza, vamos a ser honestos y sinceros al responder: «Hola Y. Mirá, la verdad no me siento muy bien, es una extraña sensación de angustia la que me embarga en este momento...».
Son miles los motivos por los cuales no expresaríamos lo que realmente sentimos en un momento como éste y lo más probable es que, si lo decimos, nuestro colega X nos vas a catalogar de Extraños, de Depresivos, de Gente «para Abajo»... de que no somos una buena compañía porque la Luz atrae la Luz y etc., etc., etc. (¡qué fácil nos resulta emitir juicios sobre los otros!). Usamos máscaras todos los días, nos defendemos todos los días de una realidad que nos golpea duro.
El problema no es no hablar, como en el ejemplo, con el colega de trabajo, el problema es que cada vez hablamos menos incluso con nuestros propios amigos, cada vez nos encerramos más en nosotros mismos para protegernos del otro porque a cada día descubrimos que, en el fondo, nadie nos escucha. Sí, nadie nos escucha porque la verdad no sabemos escuchar. Es extraño pero tengo la seguridad que no soy el único que ha vivido la triste experiencia de comenzar a contar alguna cosa que nos aflige o nos preocupa y en pocos segundos ya nos encontramos escuchando alguna cosa peor del otro... o más triste todavía... nuestros sentimientos son completamente subestimados con una frase simple como: «no te preocupes por eso», «eso no es nada imagínate que a mí...» como si nuestros problemas deban competir por un espacio de desahogo con el otro.Veo que existen cursos de oratoria, sin embargo no existen cursos de «escuchatoria».

Por cuanto tiempó seguiremos conversando con el Valium???.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Corto y preciso !!!


  • La vida es un boomerang y todos lo sabemos, esto no es poesía, simplemente espero ver pasar frente a mi el cadáver de quien fue muy importante en mi vida un gran amigo y curiosamente se convirtió en un gran enemigo, claro esta que le faltan muchos palitos para el puente.
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  • Acabo de llegar con mi novia, comimos rico, un traguito, y lo demás para la imaginación, puede parecer código mi escrito, pero mis amigos saben a que me refiero, de quien hablo y las circunstancias expuestas.
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  • Tengo un mundo por delante, salud, juventud, amor y por sobre todo éxito, voy despegando a chorro, tu no, lamentablemente cortaste el elástico y hoy vas en caída libre, un abrazo cuídate mucho…